lunes, 9 de noviembre de 2015

Luna a Mercurio y Sol

Me encanta cómo no existes, me encanta cómo no hay un adiós.
Me encanta ver que estoy loca,
Me encanta darme cuenta que he perdido la razón.
Me encanta que por las noches pronuncies mi nombre,
Me encanta que me recuerdes por más de que jamás nos hayamos visto hasta hoy.
Me encanta que yo sea una excepción, una excepción con la que jamás se consumó el amor.
Me encanta ver lo mucho que he pensado, me encanta ver qué tanto he perdido la razon.
Me encanta salir afuera a respirar, me encanta mirar a la Luna cada noche esperándote encontrar.
Me encanta cómo no comprendes mi naturaleza, y me encanta ver que yo no comprendo la tuya sintiéndome un Sol en el que tú debes entorno girar.
Me encantan las historias inconclusas, pues yo las espero terminar.
Me encantan tus ojos bajo la luz de la Luna, y ese miedo que siempre has tenido a que mis ojos dentro de tu ser puedan llegar.
Ya no llores, ya no fumes, ya no pienses, ya no esquives. Sólo encuentrame.

No eternamente, pero durará más que nuestras vidas

Ya no sé si reír o reír, por más cerca que esté Mercurio del Sol nunca dejará de ser Mercurio un planeta y el Sol una estrella. Las cosas no cambiarían, mutable y fijo, transitando naturalmente, cada uno en su propio eje, uno en el sistema, y el otro; llevándose consigo a Mercurio a su viaje por la galaxia.

domingo, 8 de noviembre de 2015

¿?

Podría seguir contaminándome por el resto de mis días, pero hoy no sé qué es lo que trae el dolor a mis entrañas. No consigo ver el origen de semejante sentimiento, y no pienso en más que erróneos posibles causantes.
No puedo decir no puedo, pues siempre quiero, no puedo decir que espero, pues sólo estoy alerta. Posiblemente me merezca un premio por mi inquebrantable optimismo, porque a pesar de tan larga ausencia, yo te espero en cada solsticio.
Ya no digo que no, tampoco afirmo que sí, pues en en la deriva me encuentro, sin nada más que decir.