miércoles, 30 de septiembre de 2015

La testa con los astros

A fin de cuentas estabas más lejos que la Luna misma de mis ojos, que de ella me nutro cada día para poder pronunciar la palabra amor, a fin de cuentas no eras tú, fui yo, la esperanza y la ilusión las guardaba con rencor, para qué mentir. Miraba a la Luna y sentía la frialdad de tu corazón, ¿Por qué después de tanto te dedico otra pieza? Me pregunto yo. Es que eres mi fuente de inspiración, el inagotable fuego que arde fríamente dentro de la flor de mi corazón, pues a fin de cuentas yo no te amo, pero te acompaño. Y mi fuero interno me reclama haber permitido alguna vez dejarte asomar a ver qué es lo que se encuentra en mi interior.

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