jueves, 12 de marzo de 2015

La Luna está huyendo

Me pregunto si te acercarás antes de que la Luna se esconda, ella me ha dicho que me estas olvidando. Que piensas en mí,  pero no de la misma forma en la que lo hacías antes.
Tengo que admitir que obedezco tanto a mi naturaleza que no podría esperar más tiempo a que regreses a órbita para quedarte eternamente.
Quisiera ser Júpiter y que tú seas Callisto. No quiero esperar mil años por tu regreso, aunque tuviera decenas de satélites más. 
Siendo tan egoísta en estos casos,  al considerarte sólo como un satélite inestable y prescindible reconozco que no te veo como a un igual, te veo más allegado y no en otro extremo de la galaxia con tus propios astros en órbita. Considerando el tiempo que nos toma reencontrarnos,  o más bien,  el tiempo que te toma a ti regresar a mí,  debería de verte como a una estrella lejana que mueve todo a su paso al acercarse a otro astro mayor, destruyendo,  desorbitando lo que fuere que le estorbe para llegar a su destino.
Me es difícil comprender tu naturaleza, yo vivo de pasiones... no sólo del pensamiento. Por ello no puedo vivir sólo de amor, no puedo vivir sólo de afecto, quizás sea por eso que no eres mío.

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