Como quien dice, estoy entre la espada y la pared ..
Por un lado, está el orgullo, el dolor, las lágrimas y por el otro el sufrimiento eterno la falsa ilusión de una niña incrédula oscura y vacía... Que lloraría sin razón alguna por el resto de sus días...
A cual elegir, temo a las dos decisiones... Temo a las dos paredes, me siento vacía, en la mente penetran esas notas melódicas de los violines, y los gritos de los ángeles... Aquellos que en cada caída oigo sin cesar. Pues siempre caigo siempre subo siempre lloro, siempre corto el camino que va a la felicidad optando por la sombra que está tras mía, retrocedo una y otra y otra vez, sin tener donde reposar... No quiero seguir escuchándome, no quiero seguir respirando, estoy harta, si seguiré así, prefiero morir...
Suspiros, suspiros y más suspiros... ¿Qué será de mí? Algún día despertaré, algún día volaré, no sé, Me estoy engañando cada día fingiendo frente a mí misma que estoy bien... Si me miento a mí misma, que será d emi en el futuro cuando sea una más de los que intentan agradar a los demás, que intentan no hacer sentir mal a los demás, en realidad, no le importamos a nadie, en verdad ni siquieras somos alguien teniendo la mentalidad de un típico adolescente arrogante que sin estar seguro de sí mismo, tiene a criticar a los demás, a sus prógimos, a su alrededor, maldita raza humana auto destructora en nuestra naturaleza está ser así, está ser arrogante e ignorante, necio e hipócrita...
Quiero creer en la posibilidad de que no soy humana, que sólo estoy de visita en este mundo, que en realidad mi alma es negra, que mi voz suena a óperas del antiguo mañana, que mis disgustos y enojos se desatan en maremotos y terremotos, que mis lágrimas son las inundaciones que llenan las vidas de los demás de desgracias y llantos, que mi sufrimiento es mutuo... Aún, siento que no es suficiente, me dejo llevar por la mediocridad, encerrándome en un mundo de fantasías, creyendo en el amor, y olvidando que una vez yo misma he dicho que éste no existe que sólo existe el apego a los demás... Grítame todo lo que quieras, yo volveré a clamar libertad. Y cuando ese día llegue, dejaré de seguir creyendo en la posibilidad de que algún día tú me llegues a necesitar.
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